El municipio de Alfara de Carles, con una extensión de 63.94km2, está situado en la parte de poniente de la comarca del Baix Ebre, en el Parque Natural de Els Ports de Beseit o de Tortosa, los contrafuertes del cual accidentan toda su superficie. Limita con los municipios de Xerta, Aldover, Tortosa y Roquetes. Por ponente y formando parte también de este Parque Natural de Els Ports de Beseit o de Tortosa, otra cordillera escarpada y de cardenales, a veces sobrepasando el millar de metros de altitud, hace de límite con la zona de Beseit (de la comarca de Matarraña), Arnes, Horta de Sant Joan (ambos de Terra Alta) y Paüls.
La especial fisonomía del territorio ha favorecido su integridad como señorío independiente. Históricamente, pero, hay que concebirlo como la superficie del castillo y pueblo de Carles que, en definitiva, era el que ejercía la titularidad. Este castillo, construido en época árabe, ya administraba el territorio. En el reparto subsiguiente a la conquista cristiana, este lote, extenso pero apartado del eje fluvial, fue concedido al noble Pere de Sentmenat. El linaje de los Sentmenat, estrechamente ligado a Tortosa, mantuvo la baronía de Carles hasta el siglo XV, cuando fue vendida al municipio de Tortosa.
Una grave epidemia, en 1480, obligó a abandonar la población, que se refugió en el pequeño núcleo cercano de Alfara. En aquel momento, era Alfara y no Carles la población de este territorio. La hegemonía de Alfara, a partir de aquel acontecimiento, Alfara de Carles, se inicia en el siglo XVI, época de la cual data, probablemente, la primitiva iglesia parroquial. Por su parte, Carles restó como un despoblado, del cual hoy sólo restan de pie el castillo y la ermita de Sant Julià.
La abundancia de fuentes y brazos de agua ha significado el aprovechamiento hidráulico para una pequeña industria a base de molinos de harina a partir del siglo XVIII. También entre 1780 y 1805 se construyó una fábrica de vidrio en las cercanías del Toscar. En el siglo XIX también se impulsaron fábricas de papel y de tejidos.
El topónimo, de origen árabe, significa, probablemente, pueblecito.
De Alfara de Carles era Joan Pujol, el célebre “Panxampla”, que ha restado inmortalizado bajo una perspectiva románica como el último bandolero de estas tierras. Ha acontecido un personaje mítico y omnipresente de estas montañas que recorrió como si fueran dominios suyos a las finales del siglo XIX.
Fuente: Consell Comarcal del Baix Ebre