Municipio situado al límite norte de la comarca del Baix Ebre. Se extiende en dos riberas del Ebro. De hecho, su extremo, Roca Folletera, ha sido el punto final histórico en la extensión de Tortosa, según aparece ya en la Carta de Poblamiento de 1149.
Los yacimientos arqueológicos de Aldovesta, el Castellot de la Roca Roja o la masía de Cachorro, nos marcan la situación de unos asentamientos muy antiguos: fenicio, ibérico y romano respectivamente. La villa de Benifallet, de origen árabe, es ya mencionada en los primeros documentos posteriores a la conquista cristiana de mediados de siglo XII. Allí tuvieron posesiones los Pinyol, los Sentmenat, así como la catedral de Tortosa o el monasterio de Poblet, si bien es cierto que el señorío restó vinculado a la corona. Hecho aparte, han sido los grandes señoríos de Cardó y Sellent, vinculados con los Montcada, o el de Costumà a los Pinyol y que, en el siglo XV, pasaron a formar parte del gran señorío del monasterio de Benifassà.
Benifallet representó un papel importante de defensa en el conflicto de la guerra civil del siglo XV, y como resultado, el castillo restó derrocado.
La singularidad de los parajes de la sierra de Cardó atrajeron una comunidad de Carmelitas que, a comienzos del siglo XVII, estableció un espacio de reposo espiritual, un desierto formado por un monasterio y toda una serie de ermitas dispuestas a su entorno con el objetivo de llevar adelante una vida ascética. Las características curativas de las aguas minero medicinales del Valle de Cardó propiciaron, una vez abandonado el convento en el siglo XIX, instalar un balneario de mucho renombre hasta su desaparición, durante la segunda mitad del siglo XX. Actualmente, el balneario de Cardó está en proceso de reconstrucción.
El nombre del pueblo, de origen árabe, hace referencia a un nombre patronímico que identifica un asentamiento clánico.
En la calle Dr. Sastre o calle del río, cada casa luce unas placas de cerámica que hacen referencia a los oficios, la procedencia y otras características de cada uno de los vecinos. Los pareados son obra de Francesc Cots y se pusieron con motivo de un concurso de engalanamiento de calles en la década de los años 80.
Fuente: Consell Comarcal del Baix Ebre