L'Ametlla de Mar es un municipio situado en el extremo NE de la comarca del Baix Ebre. Destaca su amplia zona costera delimitada por los barrancos del “Àliga” y del “Cap del Terme”.
El terreno árido de esta franja, condicionado por la fuerza del viento, ha supuesto un despoblamiento histórico, conocido documentalmente como el desierto de Alfama, tendencia que no cambió hasta la época contemporánea. No nos encontramos, por lo tanto, con núcleos de población antigua, pero sí descubrimos los vestigios del que representaba un paso obligado y estratégico en las comunicaciones ya desde época romana. La vía Augusta franqueaba paralelamente la costa hacia el Perelló. Es prueba el miliario romano encontrado en la urbanización de Calafat.
En un intento de repoblar esta zona, en 1201, el rey Pere el Católico lo concedió a la orden militar de Sant Jordi de Alfama, creada por él mismo. El hospital-castillo de Sant Jordi de Alfama, erigido con esta finalidad, será el origen y la fundación de la orden, con un término inicial que va desde l'Ampolla hasta la cala Justell. Durante el conflicto de la Guerra de los Segadores, las tropas realistas lo bombardearon y arruinaron. Al mismo emplazamiento de este castillo, ya desaparecido, se construyó otro, en el siglo XVIII, aún de pie y restaurado.
Durante el siglo XVI, en la franja costera del término de l'Ametlla se construyeron torres de defensa para proteger el paso y las poblaciones de interior como Fullola y el Perelló de los ataques de los piratas. La torre del águila y la de la Ametlla se construyeron en 1598. Justamente en lo que había sido la torre de l'Ametlla, ubicada a la cala de la “Amela” o de la “Merla”, y destruida por los ingleses durante la Guerra del Francés, fue el lugar escogido por pescadores provenientes de Valencia para establecerse durante la segunda mitad del siglo XVIII.
L'Ametlla experimentó un espectacular crecimiento de población. Al final de aquel siglo, ya contaba con 2.000 habitantes. Este hecho propició su segregación del Perelló, en 1891.
El origen de su topónimo, proveniente del latín, tiene el mismo significado que el nombre genérico de la “ametlla” (almendra).
Según se sabe, y sólo como curiosidad, el origen de la población se debe del asentamiento unipersonal de un pescador Joaquim Gallard, de renombre Tora, procedente del Grao de Valencia, quien construyó, a finales del siglo XVIII, un primer cubierto de piedra y barro.
Fuente: Consell Comarcal del Baix Ebre