Patrimonio Cultural
Las comarcas del Ebro son ricas en patrimonio cultural e histórico. El río Ebro es una gran vía de comunicación entre la costa y el interior de la península, además de ser un punto de unión geográfico y cultural entre Cataluña, el País Valenciano y Aragón. El conjunto de todo este legado se traduce en un patrimonio muy valioso: pinturas rupestres, castillos, construcciones modernistas...
Pinturas rupestres y yacimientos
En Tivissa, Freginals y El Perelló encontramos una buena representación de las pinturas rupestres enmarcadas dentro del arte levantino. Pero el principal yacimiento, declarado Patrimonio de la Humanidad al 1998, está ubicado en las afueras de Ulldecona y contiene diez abrigos neolíticos. Durante el periodo Ibérico, los Ilercavones dominaron la Reserva de la Biosfera de las Terres de l'Ebre y dejaron importantes yacimientos: el Castellet de Banyoles en Tivissa, el Coll del Moro en Gandesa y la Moleta de Remei en Alcanar.
Construcciones romanas, árabes, judías y cristianas
Estos dotaron de personalidad las cuatro comarcas del sur de Cataluña dejando una profunda huella cultural y monumental: la construcción del Azud de Xerta, de origen árabe, el castillo musulmán de la Suda, el camino de sirga que bordea el Ebro, el tramo de la antigua Vía Augusta en El Perelló y las murallas y fortines de Tortosa.
Las fortalezas de las órdenes militares
De los siglos XII y XIII destacan las fortalezas templarias de Miravet. Otros centros importantes de las órdenes militares hospitalarias fueron la zona del gran castillo de origen islámico de Ulldecona, y los antiguos castillos medievales de Mora de Ebro y Ascó.
Arquitectura de estilo gótico
La catedral de Tortosa y el Palacio Episcopal son dos obras esenciales del gótico catalán. Tortosa alberga otros edificios de este estilo como la iglesia del Convento de Santa Clara, Palacio Oliver de Boteller, Palacio Despuig, Palacio Oriol, el antiguo Palco de Mar o Porche del Trigo (actualmente en el parque Teodor González) o El Portal de Romeu. También cuenta con edificios renacentistas, como el conjunto arquitectónico de los Reales Colegios de San Jaime y San Matías.
El convento carmelita de Cardó
En la sierra de Cardó se construyó, sobre el siglo XVII, un convento carmelita y siete ermitorios, que fueron reconvertidos en un balneario al 1866.
Edificios renacentistas
En el interior de la Reserva de la Biosfera de las Terres de l'Ebre se puede ver el esplendor de la arquitectura de época renacentista. Destacan el portal del Ayuntamiento de Arnes con la iglesia barroca de Santa Magdalena, y el Ayuntamiento de Horta de Sant Joan. En este último, también encontramos otros edificios renacentistas como la Casa Clua, la Casa Pitarch o la Casa del Diezmo.
La expresión modernista del siglo XX
El arquitecto Cèsar Martinell, discípulo de Gaudí, construyó las catedrales del vino, las bodegas modernistas de Pinell de Brai y Gandesa, expresión arquitectónica del cooperativismo agrícola en Cataluña. En Tortosa encontramos varios edificios modernistas: el Matadero, el Mercado, la Casa Pallarès, la Casa Grego... Más recientes son el Parque Municipal, los Jardines del Príncipe, con esculturas de Santiago de Santiago, o el Puente del Milenario.
Relación de Pablo Picasso con Horta de Sant Joan
El lenguaje cubista del pintor empezó a desarrollarse con obras como La Fábrica de Horta o La Alberca de Horta, y a través de paisajes dominados por la montaña de Santa Bárbara.
La herencia arquitectónica de la Batalla del Ebro en la Terra Alta
La magnitud de la la tragedia de la Guerra Civil se puede observar entre las ruinas del antiguo pueblo de Corbera d'Ebre. También en las trincheras dispersas por las sierras o a los refugios al borde de los ríos. Los monumentos más importantes son la Punta Alta Sierra de la sierra de Pàndols, la cota 705 y el Abecedario de la Libertad, un homenaje a la paz.
Tradiciones Culturales
Las fiestas tradicionales de la Reserva de la Biosfera de las Terres de l'Ebre son testigo de su folclore. Durante los meses de verano, las fiestas patronales se convierten en rituales casi ancestrales.
La jota tortosina cantada, la gran protagonista del folclore
Se trata de una forma genuina de expresión popular y declarada, junto con la sardana, Danza Nacional de Cataluña. En la Terra Alta la jota se baila en el entorno de una hoguera llamada cremaller. Una variante propia de Alcanar y Ulldecona es el baile de mantons de San Antonio. Sin duda, el elemento característico de estas zonas lo constituyen las bandas de música, herederas de la tradición musical valenciana, destacando las dos de Amposta: La Lira Ampostina y La Unión Filarmónica de Amposta.
Las fiestas de la plantada, la escardada y la siega del arroz
Las fiestas de la plantada, la escardada y la siega del arroz de Deltebre recrean el trabajo manual de los labradores antes de la llegada de los procesos mecanizados a la agricultura.
Las fiestas tradicionales de la zona están vinculadas a la religiosidad
Son típicas las romerías a ermitas. Tienen una gran fama las de la ermita de Remei de Alcanar, el santuario de La Fontcalda de Gandesa, la ermita de Santa Madrona de Corbera d'Ebre, la de Santo Jeroni de Móra d'Ebre o la de Santo Miquel de Ascó.
Representaciones teatrales
A lo largo del año se llevan a cabo obras de teatro como las Pasiones de Ulldecona y Vilalba dels Arcs, los Pastorcillos de Folch y Torres, que se interpretan en la Fatarella o los pesebres vivientes de Jesús (Tortosa) y La Galera.
Semana Santa, Corpus y la Fiesta de la Virgen María del Carmen
Las procesiones con túnicas, armados y pasos escultóricos rellenan las principales calles de los municipios, y por Corpus Cristi, muchos engalanan las calles con espectaculares alfombras de flores. Para celebrar el día de la Virgen del Carmen, patrona de los pescadores, varios núcleos marineros organizan procesiones de barcas, donde muestran la imagen de la virgen.
Ferias y fiestas que recuperan la memoria histórica
Las Fiestas del Renacimiento de Tortosa –declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional y Fiesta Local de Interés Turístico de Cataluña–, el Lugar de Miravet, escenificado en el antiguo castillo templario, la Mora Morisca en Móra d'Ebre, el mercado ibérico de Alcanar y los mercados medievales de Ulldecona y Batea transportan a los visitantes a épocas pretéritas.
Ferias del sector agrícola
Las actividades agrícolas se reflejan a la Feria de Móra la Nova, la más antigua de las que se conservan, la Fiesta del Vino de Gandesa o la Feria del Aceite Novel en Santa Bàrbara o en Jesús.
Cultura Gastronómica
La gastronomía de la Reserva de la Biosfera de las Terres de l'Ebre es un reflejo del entorno mediterráneo. La riqueza de sus ecosistemas y la diversidad entre los paisajes de mar y montaña ofrecen muchos recursos naturales, base de su variada cocina. Así, la gastronomía es uno de los principales atractivos turísticos del territorio.
Productos de gran calidad de las Terres de l'Ebre
El arroz –el 89% de la producción se concentra en el Delta–, con IDP (Indicación Geográfica Protegida), cítricos, melocotones de la Ribera d`Ebre y mandarinas – también con IDP -, vinos blancos y negros con Denominación de Origen Terra Alta, aguardientes en Prat de Comte, y un aceite muy acreditado en el Baix Ebre, Montsià y en la Terra Alta, también con DON. La miel de El Perelló, especialmente la de mil flores, la de romero y la de naranja, y la alcachofa, unos de los productos estrella de la cocina de invierno, resaltan por su exquisitez.
La cocina marinera
Se nutre de los productos más selectos encontrados en los puertos pesqueros de la zona: lenguados, doradas, lubinas, rodaballos, salmonetes, sardinas y boquerones, excelentes cigalas, galeras, almejas, ostras, mejillones, y, sobre todo, uno de los más apreciados, los langostinos de Sant Carles de la Ràpita. También merecen una mención especial las anguilas o las tincas de agua dulce. En los últimos años, los viveros de pesca y marisco se han convertido en un foco de actividad económica importante.
El arroz como ingrediente principal
Muchos de los platos más representativos de las Terres de l'Ebre se basan en el arroz: “arrossejat”, el “arròs a banda”, el arroz negro, el arroz de anguila y el arroz de pato salvaje.
Otros platos marineros típicos de la zona
Son típicos de esta región la “fideuada”, las “romescades”, los “suquets”, el pulpo con patatas, la anguila con salsa, la anguila “xapada” (abierta y secada al sol) o “xapadillo”, las cazuelas de angulas, así como el bacalao rasgado (desalinizado y desmenuzado).
La cocina de secano
Destaca, sobre todo, por la carne de cordero. Durante la temporada de caza se pueden degustar platos de tordo, perdiz, conejo con caracoles y robellones y estofado de jabalí. Como embutido principal destacan las “baldanes” (morcillas de arroz con cebolla y piñones). Otros platos propios son las cocas de espinacas, de cebolla, de pimienta... las tortillas con jugo, el “farro” (una especie de cocido), las habas de gitano y la “clotxa”, hogaza con la miga vaciada y rellenada de “escalibada”, muy común entre los labradores de la Terra Alta durante la vendimia.
Los dulces y la repostería
Hay que destacar los “pastissets” de cabello de ángel o boniato, las cocas de manteca, los “ametllats” y “caixetes” de Tivissa, los “ametllats” y turrones de Xerta, los “carquinyolis”, las borrajas con miel, el “panoli”, las “paracotes”, o las “puñetes” de Roquetes, el “menjar blanc” o el pan de higos.